La belleza de una existencia transfigurada. Itinerario formativo

Abstract

Necesitamos la belleza. Y aunque el escepticismo la ha desvinculado del ser y la ha hecho depender del antojo, negando su existencia y la diferencia entre lo bello y lo feo, ella habita la realidad,nos atrae sacándonos de nosotros mismos, nos hace amar, y nos dona un deleite espiritual. Descubrirlaexige educar el corazón, lo que equivale a creer en el amor y dejarse herir por él: ser curados del egoísmo para aceptar salir de sí; recrear espacios de hermosura, libertad y amor, para elevarnos y elevar a quien amamos. En la vocación a la vida consagrada, esta educación es un camino de transfiguración, de configuración con Cristo, que nos hace testigos de la belleza redimida, testigos del resplandor de la gracia que transfigura la existencia.