Filósofo, hereje, cristiano

Abstract

En sus numerosos escritos. Tertuliano polemiza frecuentemente con un mundo intelectual comprendido, sobre todo, por los filósofos y por los pensadores cristianos disidentes; pero también lo hace con los miembros de la gran iglesia. El filósofo, el hereje y el cristiano son tres destinatarios de su obra. Los dos primeros coinciden en deformar la doctrina cristiana según su antojo y capricho, siendo el filósofo quien proporciona los elementos con que el hereje corrompe la fe apostólica. Dentro de un marco en el que la Iglesia universal es asimilada a lo que la estirpe era en el mundo romano, el hereje aparece como un miembro disidente, que ha roto los lazos de parentesco por la diversidad de doctrina; es comparable a un servus que, habiendo sido liberado por su señor, le ha sido infiel; igualmente es comparado a un miles, que ha abandonado su campo y sus enseñas, traicionando el Juramento de fidelidad a su emperador. Nacido, pues, en el seno de la estirpe cristiana, y liberado por Dios en el bautismo, el hereje se ha convertido en enemigo, proscrito y rebelde. La imagen que Tertuliano se hace de los cristianos es más diversificada. Además de los cristianos fervorosos y conocedores de su fe, en la gran iglesia se encuentran grupos de fie-les mal instruidos (rudes), Junto a espíritus simples y crédulos (simplices) 0 invadidos por la duda en las cuestiones de fe (dubii); las ideas que, como lugares comunes, traen todavía del mundo pagano del que proceden, inquietan su fe por ignorancia 0 por debilidad. Pero hay también cristianos que lo son por conveniencia (si placuerit christianos) y están al viento que׳ sopla (in ventum). A aquéllos hay que instruirlos, orientarlos y protegerlos; a éstos hay que desenmascararlos y combatirlos.