Una Iniciación cristiana que afronte la paradoja humana del vivir

Abstract

Nuestras catequesis iniciáticas ya no cuentan con el consenso antropológico de hace unos decenios, incluso ya no pueden dar por supuesto que los que se les acercan están realmente en disposición de iniciarse en la fe. En un nuevo impulso misionero, los miembros de las comunidades cristianas han de salir de su espacio confortable y estar dispuestos a encontrarse con sus congéneres en el discurrir de la vida. Sólo en la vida compartida, en la tarea común de ser verdaderamente hombres, surgirá la eterna paradoja del vivir humano y los discípulos de Cristo podrán revelar la nueva vida que otorga la gracia del Evangelio. En el futuro, la catequesis iniciática ha de ser una explicitación y desarrollo de este proceso en el que se evangeliza humanizando y se humaniza evangelizando.