'Quam primum, salva iustitia' (c. 1453) Celeridad y justicia en el proceso de nulidad matrimonial renovado

Abstract

En los procesos de nulidad matrimonial, la celeridad no es un valor absoluto del proceso sino relativo o subordinado. En primer lugar debe buscarse la decisión justa y, en segundo lugar, se debe perseguir la decisión rápida. La justicia es el límite de la celeridad, mientras la celeridad nunca puede constituir un límite para la justicia. La celeridad a toda costa puede poner en peligro la justicia y, en el caso de sentencias declarativas, como son las de nulidad matrimonial, puede poner en peligro la verdad; aquí, la del vínculo matrimonial y la del sacramento del matrimonio. El legislador canónico ha querido sancionar la obligación de terminar las causas quam primum, o sea, siempre en el menor tiempo posible, y este criterio de celeridad impregna toda la reciente reforma del Papa Francisco en sus dos innovaciones fundamentales: abolición de la obligación de la doble decisión conforme y la institución de un nuevo proceso especial más breve.