Es cuestión de nada

Abstract

La nada no tiene ser, por eso es nada, no se puede decir el ser de la nada, y por ello no puede tener desde sí misma un ser de hay, un ser de haber y tener, un ser de estar y ser ahí, porque todo lo que tiene ser posee un hay que lo lleva consigo. Distinto sería si dijéramos que la nada existe; no hay la nada, la nada no tiene ser propio, pero la nada sí existe. Cuando en el juego entre el que hay y el que es no se produce empastamiento en coherencia y modulación conjuntada, es cuando aparece la nada, el vacío de la nada. En relación con la voluntad, es donde se da la existencia real de la nada, pues ahí es donde podemos abrir nuestra acción libre a negar toda semejanza a la acción libre del Dios creador y sostenedor del mundo. Esa desemejanza es la que abre a la nada las puertas de lo que somos, de nuestras acciones y modos de ser.