El sínodo diocesano: signo y participación de una espiritualidad de comunión. Reflexión sobre la fase antepreparatoria del tercer sínodo diocesano de Madrid

Abstract

El Papa Juan Pablo II ha indicado, en la carta apostólica Novo Millennio Ineunte, que el gran desafío de la Iglesia ante el milenio que comienza consiste en hacer de ella “la casa y la escuela de la comunión”. Esto significa promover una espiritualidad de comunión, que lleve a valorar y desarrollar los ámbitos e instrumentos que sirven para asegurarla y garantizarla. Entre ellos, en la vida de la Iglesia particular ocupa un puesto preeminente la antiquísima institución del sínodo diocesano, renovada por el Concilio Vaticano II, síntesis de todas las expresiones institucionales de la realidad teológica communio en la diócesis, por la amplitud de la participación y por la articulación de la misma en torno al Obispo, como principio y fundamento visible de comunión en la Iglesia particular. En el desarrollo de la fase antepreparatoria del tercer sínodo diocesano de Madrid se ha tratado de que la teología y la espiritualidad de comunión guíen el estilo y los contenidos del sínodo desde sus inicios.