Ámbitos y lugares de la comunicación de la fe: la escuela

Abstract

Desde los orígenes y por muchos siglos, la familia ha sido el ámbito privilegiado y casi exclusivo de la educación. Hacia finales del siglo XVII e inicios del XVIII (cuando la familia comienza a ser insuficiente para transmitir la instrucción básica) se afianza la escuela como instrumento para la educación, naciendo así como institución subsidiaria de la familia en la tarea educativa: “Si bien los padres son los primeros y obligados educadores de sus hijos y su derecho-deber en esta tarea es original y primaria respecto al deber educativo de los demás, la escuela tiene una valor y una importancia básica entre todos los medios de educación que ayudan y completan el ejercicio de este derecho y deber de la familia”. Desde su nacimiento la escuela se ha definido como un lugar privilegiado para la transmisión de saberes, la potenciación de la cultura y ayuda a la maduración de la personalidad del individuo. Su papel es insustituible, porque responde institucionalmente al derecho de todo hombre a la educación y contribuye directamente a la estructuración y vida de la sociedad.