Sobre la carta apostólica Mane Nobiscum Domine convocando la celebración del año de la eucaristía

Abstract

El propio Juan Pablo II presenta el Año de la Eucaristía “en cierto sentido, como un año de síntesis, una especie de culminación de todo el camino recorrido” (Mane Nobiscum Domine = MND 10). Se refiere al camino iniciado desde Tertio Millennio Adveniente y la preparación de Gran Jubileo del año 2000, con el programa pastoral de Novo Millennio Ineunte y con las aportaciones de la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae y de la Encíclica Ecclesia de Eucaristia. Pero, de hecho, se trata de una síntesis más amplia, es la síntesis del magisterio y la tarea de un Pontificado. Por ello el mismo Papa inicia esta consideración abarcando desde su primera encíclica: Redemptor hominis (cf. MND 7). La lectura de Mane Nobiscum Domine confirma esta intencionalidad, lograr un año que aglutine las claves de todo un pontificado: Jesucristo, contemplar a Jesucristo, “aprender” a Jesucristo, anunciar a Jesucristo. Pero además el Papa, en el titulo del capítulo I, vincula esta idea central de su pontificado al acontecimiento Conciliar: “En la línea del Concilio y del Jubileo”.