La escritura y el compendio del catecismo de la Iglesia Católica

Abstract

La primera imagen que ilustra el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica es el icono de un Cristo Pantocrátor del s. XVI que sostiene en su mano izquierda el libro del Evangelio. Y se nos explica: “También hoy Jesús, por medio de la Iglesia, su esposa y cuerpo místico, continúa bendiciendo a la humanidad e iluminándola con su Evangelio, el auténtico libro de la verdad, de la felicidad y de la salvación del hombre”. Poco después se concreta la relación entre ese Evangelio y el Compendio: “El Compendio…, síntesis del Evangelio de Jesús, enseñado en la catequesis de la Iglesia, es una invitación a abrir el libro de la verdad y a leerlo, aún más, a devorarlo como hizo el profeta Ezequiel”. Estas palabras sirven a modo de introducción para abordar la función de la Biblia en el Compendio, que se presenta como síntesis evangélica. Su relación con la Escritura es por tanto esencial; la catequesis cristiana halla en la Escritura santa transmitida en la Iglesia la fuente de la que saca las riquezas de la Revelación. Por eso el Compendio está penetrado de principio a fin por la Sagrada Escritura. Se hace así poco menos que imposible presentar en detalle esta presencia: habría que transcribir el Compendio en su totalidad. Sin embargo sí podemos mostrarla a grandes rasgos; para ello vamos a seguir el orden temático del Compendio que, como se desprende de su nombre, reproduce el esquema del Catecismo2. Pero antes exponemos su doctrina acerca de la Sagrada Escritura, que está en la base de cuanto sigue.