La Beata Isabel de la Trinidad. Su experiencia personal y su estilo mistagógico

Abstract

La beata Isabel de la Trinidad, religiosa carmelita de clausura, es sin duda, como otras hermanas y hermanos suyos en el Carmelo -piénsese, por ejemplo, en Teresa de Lisieux, por quedarnos en un tiempo más cercano al suyo y al nuestro-, una gran entusiasta de no regatear esfuerzos por transmitir a otros la comprensión y la vivencia de la fe, Y esto sin dejar de lado su vocación contemplativa. Podemos decir que siente una gran pasión por compartir con otros y llevar a otros a vivir la misma experiencia de Dios que a ella tanto le apasiona y da sentido a su vida. Isabel de la Trinidad es una figura relativamente cercana en el tiempo a nosotros. Recientemente, de la fiesta de la Trinidad de 2006 a la de 2007, la Iglesia ha celebrado el primer centenario de su muerte, acaecida el 9 de noviembre de 1906. A lo largo del siglo XX, sobre todo en la primera mitad del mismo, la lectura de sus escritos y su mensaje espiritual ha despertado interés en muchos, incluidos teólogos de fama como M. M. Philipon o H. U. von Balthasar, y ha supuesto una gran ayuda para la vida de fe de otros.