Catequesis y revelación

Abstract

“Una buena pedagogía catequética ha de posibilitar el camino hacia el encuentro, conocimiento y reconocimiento de Dios. Ha de hablar de Dios para establecer una relación con El de confianza y obediencia, ha de llevar a poner en El y esperar de El la salvación definitiva, no para dispensar al hombre de las tareas confiadas por Dios de renovación de la humanidad que debe resolver el hombre mismo. Ha de hablar de Dios para darle gloría”. Este cometido y esta tarea ineludible de la catequesis tienen su apoyo y su posibilidad en una función principal del ministerio catequético: comunicar a los hombres la revelación de Dios, actualizar de un modo propio y específico esta revelación divina para el hombre de hoy3. Esta función y servicio constituye una de las constantes destacadas por los Obispos de la Comisión de Enseñanza en La catequesis de la comunidad (CC), hasta el punto de fundamentar el ser y el quehacer catequético y su carácter propio en la conciencia que la Iglesia tiene de la revelación, expresada en la Constitución dogmática Dei Verbum del Vaticano II: la “renovación del concepto de la catequesis que nos pide la Iglesia, de hondas repercusiones pastorales se inspira, sobre todo, en el Catecumenado bautismal y la fundamenta en la concepción de la Revelación, tal como ha sido descrita en la constitución Dei Verbum, del Concilio Vaticano II” (CC 82). Esta concepción proporciona a la catequesis su verdadero fundamento.